Las puertas exteriores de madera pueden sufrir un desgaste considerable debido a las condiciones climáticas y al uso constante. Afortunadamente, con las herramientas y técnicas adecuadas, puedes realizar reparaciones esenciales tú mismo. A continuación, te ofrecemos una guía de cómo reparar una puerta exterior de madera.
Inspección de la Puerta
Lo primero que debes hacer es inspeccionar cuidadosamente la puerta para identificar las áreas que necesitan reparación. Busca grietas, deformaciones, áreas desgastadas o daños causados por el agua o los insectos. También debes verificar el funcionamiento de la cerradura y las bisagras.
Herramientas y Materiales Necesarios
Aquí está la lista de herramientas y materiales que necesitarás:
Reparación de Grietas y Huecos
Las grietas y huecos en la puerta de madera pueden ser reparados con masilla para madera. Antes de aplicar la masilla, asegúrate de limpiar la zona de cualquier suciedad o aserrín. Una vez limpia, aplica la masilla en las grietas y alísala con una espátula. Deja que se seque según las indicaciones del fabricante.
Lijado y Pintura
Después de que la masilla esté completamente seca, lija la zona para que quede al ras con el resto de la puerta. Luego, puedes lijar toda la puerta para prepararla para la pintura. Una vez lijada, limpia la puerta para eliminar el polvo.
La pintura o el barniz no sólo mejora la apariencia de la puerta, sino que también proporciona una capa protectora contra las inclemencias del tiempo. Aplica la pintura o el barniz con una brocha, siguiendo la dirección de la veta de la madera. Deja que se seque y luego aplica una segunda capa si es necesario.
Reparación o Reemplazo de Bisagras y Cerraduras
Si las bisagras están oxidadas o dañadas, es posible que necesiten ser reemplazadas. Usa un destornillador para quitar las viejas bisagras y reemplázalas por unas nuevas. Del mismo modo, si la cerradura está dañada o no funciona correctamente, es posible que necesites reemplazarla.
Verificación Final y Mantenimiento
Una vez que hayas terminado con las reparaciones, comprueba el funcionamiento de la puerta. Abre y cierra la puerta varias veces para asegurarte de que las bisagras y la cerradura funcionan correctamente. También inspecciona la puerta para asegurarte de que no se han pasado por alto grietas o daños.
Para mantener la puerta en buen estado, es recomendable limpiarla regularmente y repintarla cada pocos años. Además, si vives en un clima húmedo, considera la posibilidad de instalar un alero o un toldo para proteger la puerta de la lluvia.